octubre 11, 2021 Carlos Lorenzana

«El Juego del Calamar»

La premisa de ‘El juego del calamar’ -la nueva serie que está rompiendo todos los niveles de
audiencia en internet- es tan elemental como compleja. El propio director y guionista surcoreano,
Hwang Dong-hyuk, propone que la serie invita a reflexionar acerca del libre albedrío humano en un
contexto de extrema desesperación, pobreza y desigualdad.


Trama, que invariablemente nos lleva a pensar en la obra escrita por el francés Michel Foucault:
Vigilar y Castigar, publicada en 1975. En donde, a través de un estudio del derecho penal, y
concretamente del régimen penitenciario, el filósofo posmoderno estudia la presencia de las
relaciones de poder y las tecnologías de control presentes en nuestra sociedad.

¿Control o Castigo?
De este modo, en la serie se vislumbra el afán de disciplinar/castigar a los individuos que por
términos económicos se encuentran en una situación de vulnerabilidad social. Además, y siguiendo a
Gilles Deleuze, cuando señala que la fragmentación del individuo recae -directa e indirectamente- en
los “centros de encierro” (familia, escuela, fábrica, hospital, cárcel, etc.) mismos que son parte de la
llamada “sociedad de control”, se aprecia que los tiempos de la sociedad disciplinaria, han terminado;
dejando paso a las formas de control que a diferencia de lo que sucedía en la sociedad disciplinaria,
en las actuales el acento no se coloca en impedir la salida, sino de obstaculizar la entrada.


Así mismo, y de regreso con el análisis de Foucault, en donde menciona que en las instituciones
se pretendía disciplinar a los individuos de modo que pudieran resultar útiles al sistema, a través de
dispositivos en los que se atendía a la individuación. En la trama cinematográfica, se puede observar
lo anterior.


Por otro lado, mediante analogías con juegos (infantiles), el director hace referencia a que en
dichas sociedades, las nociones de progreso no van de la mano con el desarrollo social; por el
contrario, el director nos dice que mientras el “sistema” no te vea (Luz roja, luz verde) puedes hacer
lo que quieras con tal de llegar al final del camino. Y en tanto no rompas la ley (El panal), puedes estar al
borde de ella. Así, trabajar en equipo (La cuerda) solo resulta relevante si después eres capaz de
enfrentarte cara a cara (Canicas) con quienes habías formado estrategias de juego.

Conclusión
Finalmente, y continuando con el pensamiento de Deleuze, se tratará de problematizar lo que
es y hace el hombre y el entorno en que se desenvuelve, o sea, es un trabajo crítico del pensamiento
sobre sí mismo, creando el espacio y las condiciones para lo inteligible y soportable. Sin embargo, si
bien es cierto que los dispositivos de poder, al darle forma a nuestra identidad (sexo, edad, raza, etc.),
nos proporcionan una cierta tranquilidad, nos convierten al mismo tiempo en las criaturas más
miedosas, también las más amargas, las más despiadadas.