De acuerdo con el presidente, el neoliberalismo es la política económica causante de gran parte de los problemas del país. Speech que ha venido repitiendo desde hace ya varios años.
Sin embargo, el pasado martes, sorprendió a propios y extraños al declarar que el modelo neoliberal, aplicado sin corrupción, “no sería del todo malo”, sosteniendo que cualquier modelo económico, con el agravante de la corrupción, no sirve de nada.
Pero comencemos por el principio, ya que resulta curioso encontrar que, en su definición, el neoliberalismo ha sido entendido como un intento por impulsar la perspectiva hacia el estado de bienestar; influyendo en el desarrollo económico y limitando el papel del estado, reservando en manos de particulares el objetivo de inversión.
Aunque también es preciso mencionar, que este modelo político-económico-social es la forma dominante del capitalismo contemporáneo. El cual busca “la restauración del poder de clase”.
Y es que en palabras del expresidente estadounidense Reagan, “el modelo neoliberal es aquel que está diseñado para que los que saben generar riqueza lo hagan, esperando que los beneficios vayan goteando hacia las clases de abajo”. Aunque de acuerdo con el doctor Arturo Huerta, académico de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, este modelo se encuentra “comandado por las grandes empresas y el sector financiero, que es quien regula la actividad económica, por lo tanto, ellos están en contra de la participación y presencia del Estado (gobierno) en la economía”.
Pero dejando de lado las emotivas definiciones, ¿porqué del discurso anti neoliberal del actual mandatario nacional?
Tomando en cuenta que una de las peculiaridades del modelo neoliberal es el predominio de la razón económica sobre la política, es decir, bajo el neoliberalismo la lógica del funcionamiento del mercado y la ganancia se convierten en los factores determinantes de la organización de la vida social; nada fuera del mercado puede ser racional.
Por lo que resulta comprensible (más no justificado) que el presidente de México ha culpado a la política neoliberal de frenar el crecimiento económico, así como del aumento de la pobreza y la corrupción. Incluso comparó las tres décadas que ha estado vigente este modelo económico, con los tres siglos de saqueo de la corona española. Pronunciando que la violencia y desigualdad que vive el país es producto de la política de saqueo y abandono de la gente, resultado del neoliberalismo.
Aunque desde el punto de vista social, el neoliberalismo permite al Estado relegar -y relajarse de- sus responsabilidades, en temas como la salud, educación e incluso la política social. Permitiendo que otros actores participen en la oferta de servicios y /o bienes.
Resultando interesante la tesis de Miguel Álvarez Texocotitla (Profesor-Investigador, Universidad Autónoma Metropolitana) quien, se cuestiona si con el ascenso de AMLO a la presidencia, ¿Se ha debilitado la ideología del fundamentalismo de mercado en México o ésta se encuentra en una fase de su desarrollo donde el populismo le es funcional?
Misma que trata de responder desde los hechos observados, argumentando que: “en el gobierno actual de México se utiliza una retórica anti-neoliberal, pero la administración mantiene intactos y, en el peor de los casos, profundiza los principios fundamentales de la ideología del libre mercado.”